Se mire por dónde se mire y por dónde se quiera mirar, este Barça ha empezado la temporada más o menos como acabó la anterior, detalles aparte. Han habido dos nuevas incorporaciones, la de Neymar y la del Tata Martino. Las dos positivas. Neymar viene para aportar algo que nos faltaba y Gerardo para hacer más fácil una transición difícil tras la recaída del bueno de Tito en su enfermedad. El Tata garantiza renovación sin sobresaltos en el manual barcelonista y Neymar, el toque de duende para liberar un poco a Leo de tanta responsabilidad.
De momento, los partidos oficiales, dejando atrás una desastrosa planificación de la pretemporada, han mostrado las dos caras del Barça que vimos a lo largo del curso pasado y que tuvieron al equipo en el alambre todo el año. A saber, excelencia y solvencia ante la mayoría de rivales en la liga española pero enormes dificultades contra rivales más exigentes.
Las mismas dificultades que ofrecía el equipo el mes de mayo. Y ahí es donde se disparan mis alarmas, visto lo visto. Ahí van algunas deficiencias que no han mejorado. En primer lugar, continúa sin haber alternativas ante equipos que se cierran con con extrema concentración y dureza atrás esperando el contragolpe. Lo hemos visto recientemente ante el Atlético. Segundo, falta fuelle para sostener la presión cuando se pierde la pelota prematuramente, lo que acaba estirando las líneas y exponiendo a los centrales a la velocidad de los puntas rivales con muchos metros a sus espaldas. Tercero, plantilla muy corta para garantizar las rotaciones que exigen una temporada como ésta. Se necesitaría una plantilla de 17 o 18 titulares y ahora mismo, no hay más de 14 siendo muy generosos. Cuarto, pocas soluciones en el ataque para buscar alternativas cuando el partido se atasca. Quinto, falta alarmante de enverga dura para defender los balones aéreos. Sexto, déficit de centrales con experiencia y calidad contrastada. Séptimo, jugadores como Xavi y Puyol han de empezar a tener un rol más secundario en el equipo para pasarle el testigo a otros. Es la hora de que Cesc, Iniesta y Piqué en la nueva asunción de liderazgos. Octavo, Tello, Montoya, Sergio Roberto y Bartra tienen que tomar la alternativa definitivamente este año para despejar la incógnita sobre su futuro en el equipo.Noveno, se necesita mezclar mejor cualidades como el control, la organización, la recuperacón y la creatividad. Se echa de menos a jugadores como Touré o Keyta que aportaban algo diferente en determinados partidos. Décimo, Pedro y Alexis todavía tienen que demostrar que merecían un puesto en este equipo en lugar de David Villa.
La dirección deportiva del club ha considerado que la solución a los problemas del equipo no está en el mercado, si no en una mayor atención en la aplicación de los conceptos futbolísticos. Diagnóstico al que también se ha apuntado el nuevo técnico. Se trata de recuperar cosas que habíamos perdido, mostrando una confianza casi ciega en la plantilla.
Hasta ahí, nada que objetar, aunque la apuesta se presenta harto arriesgada ante las exigencias de una temporada a la que al equipo se le debe exigir recuperar como mínimo el prestigio perdido en Europa la temporada pasada. El bochorno del Bayern no sólo no puede volver a repetirse, si no que el equipo debe volver a optar a ser favorito para el título europeo.